MOISÉS CÁRDENAS
Venezuela | 14 MAR 2025
Ultimamente me he topado con los escritores principiantes que escriben igual como lo hace Ernest Hemingway, Franz Kafka, Edgar Allan Poe, Tamara Molina, Selva Almada, Samanta Schweblin y muchos más. En el caso del primero que menciono en este párrafo, fue un caso que me llamó mucho la atención. Como trabajo de corrector de textos freelance, recibí un cuento de un autor; en su texto abundaba el uso de "dijo". Por sugerencia, le indiqué que cambiara "dijo" por otros verbos de dicción similares. El autor me expresó que no lo haría porque Hemingway utiliza muchísimas veces el verbo "dijo" en una de sus obras. Le indiqué que una cosa es ese autor, ya que puede darse esa licencia, o como la obra es llevada del inglés al español, a lo mejor han hecho la traducción así. Pero me dejó en visto y siguió haciendo lo que él deseaba: imitar a Hemingway.
He notado en el caso de muchos libros de escritoras que están iniciando y los escriben tal cual como lo hacen las autoras indicadas en esta crítica. Una vez vi en una autora principiante escribir igual que lo hace Selva Almada en sus libros. Ni hablar en las historias, se parecen todo lo mismo. ¿A qué se debe esta situación? Aún sigo preguntándome el motivo, ya que muchos de estos nuevos escritores van a talleres literarios. ¿Será que no les enseñan?
Cuando se inicia en estos caminos pedregosos de las letras, es muy cierto que se puede llegar a tener influencias de lecturas. Pero se sugiere en los talleres de escritura que se vaya buscando su propia voz. ¿Por qué vivimos en un mundo de copias?
No sé si sean las editoriales las que estén alimentando este tipo de escritura donde todos se parecen. ¿Es moda? Me preocupa que lo sea. Deja de ser puro el trabajo, donde el autor o la autora se debate con las páginas. ¿Dinero? Quizá sea una de las razones. Hoy en día, las editoriales viven de los autores. Te cobran un dineral para diseñar la obra, maquetar y, en algunos casos, darte unos ejemplares que el amante de la escritura tendrá que salir con ellos en una caja y venderlos como pueda. Pero no importa que se escriba todo igual.
¿Falta de creatividad y originalidad? No lo sé. Porque todos somos creativos en diversas formas, pero no deja de ser una preocupación por dónde va la literatura. Si se sigue copiando la forma de escribir de otros, entonces llegaremos a una hecatombe escritural. Es cierto que hay más escritores que autores, y de ahí que todos desean ser reconocidos de la noche a la mañana. Queda esto de reflexión para una próxima crítica.
*CRÍTICA, LETRAS Y HUMANIDADES es una sección de opinión que elogia, censura, observa y valora, en parte o en su totalidad, las expresiones culturales, televisivas, literarias, históricas y de entretenimiento. En efecto, es escrita por un experto o conocedor del tema.