Por su lado, el periodismo también ha sufrido cambios notables. El periodo de la mayor inmediatez informativa está ocasionando bruscos cambios de humor en los lectores. Acusan información no extendida en el caso de las notas informativas.
RAFAEL CÁRDENAS SALVADOR
Lima| 28 ENE 2025
La era de la automatización ha llegado para quedarse. Y, significando un punto sin retorno, gran parte de la población se ha dedicado a observar con recelo la evolución. Existe un miedo, oculto por muchos y demostrado por otros con superlatividad.
En esos mismos términos, se culpa a la “maligna” automatización —y es aquí donde se nombra por primera vez a la Inteligencia Artificial— de estar mermando el nivel de pensamiento crítico; adicionalmente, se le acusa de facilitar la obtención de información, banal en la mayoría de los casos, casi de inmediato, a tan solo dos clics de distancia.
Por su lado, el periodismo también ha sufrido cambios notables. El periodo de la mayor inmediatez informativa está ocasionando bruscos cambios de humor en los lectores. Acusan información no extendida en el caso de las notas informativas. Ahora es cuando aceptamos la existencia de hipocresía en, incluso, nuestras propias opiniones.
Lanzo una cuestión: a pesar de que criticamos la inmediatez periodística, ¿no la seguimos consumiendo? Cuando, embriagados por la curiosidad, abrimos un reportaje, lo probable es que presenciemos al vértigo tomando forma en nuestro interior, luego de haber observado que su extensión es inmensa.
Y es que solo estamos hablando de lo periodístico. Regresemos al preludio del presente artículo: la existencia de las IA. La mayoría ha utilizado, aunque sea una vez, las diversas herramientas que nos ofrece el vasto catálogo para descubrir una respuesta académica o existencial. ¿Acaso hemos olvidado que nos encanta obtener información en el menor tiempo posible?
Los avances tecnológicos y la evolución de contenidos devuelven a la memoria una frase evocadora de nostalgia, la de “Los tiempos de antes eran mejores”. No desmiento nada, pero igual debemos analizar nuestras opiniones antes de compartirlas. La evolución tecnológica y de los medios, traigan o no resultados catastróficos, llegó para nunca irse. Aprendamos a convivir.
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