La música ha ido evolucionando a lo largo de los años, enriqueciendo la cultura del espectáculo en ciertos aspectos y empobreciéndola en otros. Sin embargo, hay géneros musicales que han perdurado con el tiempo.
Foto por Leon Morris/Redferns
MISCELÁNEA
7 ENE 2025
¡Azúcar! Era la icónica y característica frase de la Reina de la Salsa.
Celia Cruz abandonó Cuba a los 35 años de edad, en 1960, en busca de un sustento económico para su madre, quien no se encontraba bien de salud. Sin embargo, no pudo despedirse de ella; recibió la noticia de su fallecimiento mientras cantaba en un espectáculo. Celia no pudo viajar, pues el gobierno cubano le negó la entrada al país hasta los últimos días de su vida.
La popular Guarachera de Cuba no volvió a pisar suelo cubano sino hasta 1990, cuando tomó un vuelo hacia la Base Naval de Guantánamo, en la región oriental de la isla. Este fue su máximo acercamiento a la tierra que la vio nacer. Desde muy joven, Celia comenzó a cantar en la orquesta La Sonora Matancera, donde su voz ya era ampliamente reconocida: fuerte, alegre y llena de vida. Así es, precisamente, como siempre se recuerda a Celia Cruz.
La música ha ido evolucionando a lo largo de los años, enriqueciendo la cultura del espectáculo en ciertos aspectos y empobreciéndola en otros. Sin embargo, hay géneros musicales que han perdurado con el tiempo, como la salsa, el bolero, la guaracha, el guaguancó, la rumba y el son. A pesar del tiempo transcurrido, estos géneros no han dejado de sonar, lo que enriquece a la sociedad contemporánea.
En los años 70, ya establecida fuera de Cuba, Celia Cruz se consolidó como "La Reina de la Salsa". Durante esta etapa, colaboró con la reconocida banda Fania All-Stars, así como con artistas de talla mundial como Johnny Pacheco, Tito Puente y muchos otros. Celia Cruz es recordada en América Latina y el mundo por canciones como La vida es un carnaval, Químbara, Burundanga y La bemba colorá, temas que se han convertido en himnos inmortales.
A través de su música, la Guarachera de Cuba llevó las raíces afrocaribeñas a ser escuchadas en todo el mundo. Además, rompió barreras en una industria musical dominada por hombres. A lo largo de su carrera, Celia Cruz recibió numerosos premios, incluidos varios Grammy y Latin Grammy, consolidando su legado como una de las más grandes artistas de todos los tiempos y una de las más premiadas.
Celia Cruz fue mucho más que la Reina de la Salsa: fue una embajadora de la cultura afrocaribeña y un símbolo de identidad para millones de personas. Hoy, su música sigue siendo un puente que une generaciones, recordándonos de dónde venimos y hacia dónde podemos llegar.