Un país que verdaderamente quiere y debe salir adelante empieza por cambiar la educación y aportar los materiales y las medidas necesarias para que todos puedan acceder a una educación sin trabas ni falta de recursos.
Imagen extraída de CARE PERÚ
MISCELÁNEA
10 DIC 2024
“Pero, de otro lado, no hay duda, en sociedades tan desiguales como las del tercer mundo los hijos de las familias más prósperas gozan de oportunidades infinitamente mayores que los de las familias pobres para tener éxito en la vida”, sostiene Vargas Llosa en las primeras páginas del libro La Llamada de la tribu. No habría otra cita textual de un libro más profunda y acertadora como esta.
La educación en Perú es bastante menos importante que otros asuntos a los que el gobierno se dedica a resolver. Un país que verdaderamente quiere y debe salir adelante empieza por cambiar la educación y aportar los materiales y las medidas necesarias para que todos puedan acceder a una educación sin trabas ni falta de recursos. A día de hoy, en Perú, muchas escuelas primarias y colegios que no están cerca de la ciudad carecen de demasiadas necesidades. Lamentablemente, el Estado no vela por la educación de calidad, aunque así lo dicte la Constitución.
Es cierto, los hijos de las familias con menos recursos son los que más sufren para tener éxito, y no porque no sepan o no entiendan, sino porque no hay recursos y el Estado peruano no hace nada para solucionar ese grave problema educativo.
En el Perú el tema de la educación es una problemática bastante olvidada por el Estado, en especial para las escuelas y colegios alejados de la ciudad, las cuales muchos tienen deficiencias graves y es necesario la intervención del Estado.
El derecho a la educación y tener una educación de calidad es fundamental para el desarrollo social y el progreso del país, en países tercermundistas como lo es el Perú, la educación debería ser un problema resuelto porque un país que verdaderamente aspira a ser mejor debe comenzar por educar a las personas, transformar el sistema educativo y que todos puedan garantizar ese derecho, un país que aspira a ser mejor, es un país que promueve la educación sin barreras ni carencias.
Es alarmante que el Estado peruano destine los recursos para otros fines y dejen de lado la educación, es hora de exigir el cambio y trabajar juntos para una educación equitativa y accesible.
Según informes de CARE Perú, el país enfrenta muchas brechas que no se han solucionado en décadas. Una de las principales causas es el mal manejo de los presupuestos destinados a la educación. Es importante recordar que la educación es el arma más poderosa para transformar una sociedad. Una educación de calidad puede formar mentes que actúen como agentes de cambio para el desarrollo del país.
De acuerdo con las estadísticas, los jóvenes y niños son los más afectados por el abandono escolar. Según una encuesta de 2021 del INEI, 22 de cada 100 jóvenes entre 17 y 18 años no han logrado concluir su educación secundaria, mientras que 5 de cada 100 jóvenes entre 13 y 19 años tampoco la han culminado. Por otro lado, la desigualdad social sigue siendo un obstáculo, especialmente en zonas rurales. En estas áreas, persiste la creencia errónea de que solo los hombres deben acceder a la educación. Según el reporte ESCALE 2018, la deserción escolar en mujeres alcanza el 10.2%, frente al 8.4% en varones.
Otro de los grandes problemas que afecta a la educación es el analfabetismo. Cerca de 1.3 millones de personas mayores de 15 años reportaron no saber leer ni escribir, según el censo realizado por el INEI. En las zonas rurales, la tasa de analfabetismo entre mujeres asciende al 22.8%.
La calidad y la equidad en la educación deberían ser derechos fundamentales garantizados para todos. Es imperativo que se establezca un sistema educativo que permita a niños, jóvenes y adultos desarrollar sus capacidades cognitivas y humanas al máximo potencial.
Curiosamente, hace unos años el Poder Ejecutivo liberó una frase promocional: "Perú, progreso para todos". Sin embargo, esta promesa ha quedado incumplida, ya que muchas regiones del Perú profundo no han experimentado ese progreso.
El Perú enfrenta desafíos muy grandes, empero también oportunidades de cambio. La solución no llegará únicamente desde los gobiernos; sino que la sociedad civil, las organizaciones, los docentes y los propios ciudadanos tienen un papel fundamental en la construcción de un país mejor. En lugar de resignarnos, es momento de asumir la responsabilidad de exigir líderes competentes, promover la educación como una prioridad y trabajar juntos para cerrar las brechas que dividen al país, y hacer que se cumpla ese eslogan "Perú, progreso para todos."
Es cierto que vivir en Perú es un desafío, pero también es cierto que cada peruano tiene la capacidad de contribuir, desde su espacio, a construir un futuro más digno, a una educación de calidad y a una vida respetable. Quizá el cambio no llegue de un día para otro, pero con esfuerzo y compromiso, es posible soñar con un Perú donde no solo se sobreviva, sino donde también se viva plenamente.