El beso de Gustav Klimt
ALICIA HIGUERAS ALBA
España | 05 MAR 2024
Hoy quiero hablar del amor, ese concepto que, a menudo, se presenta de una forma distorsionada. Nos han enseñado a idealizarlo, a verlo a través de la lente de las películas románticas que nos muestran finales felices y pasiones desbordantes. Sin embargo, el amor es mucho más profundo y complejo de lo que nos hacen creer.
Amar no se reduce simplemente a tener afinidad con otra persona. Amar es respetar, conectar y sentirse completamente libre junto al otro. Es un sentimiento que va más allá de la atracción física; se trata de demostrar afecto y apoyo emocional en cada paso del camino. El amor de pareja es, en esencia, una relación afectiva que comparten dos individuos, una decisión consciente de compartir tiempo y experiencias.
Según la teoría triangular del amor de Sternberg, el amor de pareja se compone de tres elementos fundamentales: la intimidad, la pasión y el compromiso.
La Intimidad: Este componente se refiere a la cercanía emocional y la conexión que se forma entre dos personas. Es la base que permite construir un vínculo sólido y duradero. Sin intimidad, las relaciones pueden sentirse vacías y superficiales.
La Pasión: Este es el impulso que nos atrae hacia otra persona. No se trata solo de deseo físico, sino también de la energía que sentimos al estar con esa persona especial. La pasión puede ser intensa, pero también es efímera y requiere un cuidado constante para que no se apague.
El Compromiso: Este último componente es crucial. El compromiso implica el deseo de mantener la relación y la voluntad de trabajar en ella a largo plazo. No se trata solo de la promesa de estar juntos, sino de las acciones que tomamos para preservar ese vínculo.
La sociedad a menudo fomenta una idea equivocada del amor, creando dependencia. No se trata de necesitar a la otra persona, sino de elegirla libremente, de querer compartir la vida sin invadir la autonomía del otro. La posesión y los celos no son sinónimos de amor, ya que carecen de confianza y respeto. Amar significa desear la felicidad del otro y compartir, no controlar.
Las decepciones amorosas, como los amores no correspondidos o las infidelidades, son experiencias dolorosas que podrían mitigarse si comprendemos las etapas y fases del amor, así como su duración. La ciencia nos ofrece respuestas claras sobre este complejo sentimiento, y es fundamental entender que cada persona es un mundo; nuestras visiones, sentimientos y reacciones son únicas y variadas.
Las discusiones por la necesidad de tener la razón son absurdas; el amor requiere de la flexibilidad y la empatía para navegar las incomodidades que pueden surgir en la convivencia. Las relaciones verticales, donde uno de los miembros ejerce poder sobre el otro, no prosperan. Solo las relaciones horizontales, donde se comparte el poder y las decisiones se toman en conjunto, tienen la posibilidad de florecer.
En conclusión, el amor es un viaje que requiere respeto, comunicación y comprensión. No permitamos que las imágenes idealizadas nos desvíen de la realidad. Amar es una elección consciente, un compromiso diario y, sobre todo, una oportunidad para crecer juntos.
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